No siente paz sin importar lo que haga. Ha alcanzado tanto en estos últimos tres años y medio. Siempre pensó que cuando lo hiciera la sentiría, pero no ha sido así. Aquí viene Mary, su asistente. Una mujer inteligente, sexy y atrevida con la que ha tenido una relación por un año. Parece una modelo sacada de una revista, pero es de verdad. La mujer más codiciada por los hombres de la empresa, solteros o casados. El tipo de mujer que siempre deseó como hombre. Nunca creyó que podría conquistarla. Uno de sus mayores logros. Disfruta el tiempo con ella, pero no siente paz.
Tiene una posición envidiable en su empresa. Su sueldo se ha cuadruplicado, por primera vez en mucho tiempo tiene ahorros en su cuenta de banco, hasta abrió una en dólares. Ha cambiado su vehículo tres veces en los últimos tres años, siempre por uno nuevo. Se imaginaba manejando por las calles de la ciudad en un vehículo nuevo. Imaginaba como se sentiría al hacerlo. Al principio, se sintió bien al andar en un vehículo lujoso. De hecho, todavía se siente bien, muy bien. Pero tampoco es paz.
Hace dos meses se mudaron a su casa nueva. Una casa que construyó en las afueras con una extensión de terreno envidiable. Ya empezaron los trámites para una villa en la Romana y se la entregan a final de mes. Todavía siente emoción de la casa nueva y se siente muy feliz en ella, aunque mucho más su mujer e hijos. Se siente bien, pero tampoco es paz.
Por fin vuelve en sí y trata de concentrarse en el trabajo que tiene por delante. Planea quedarse en el trabajo hasta tarde y así pasar el menor tiempo posible con Raquel, su esposa. Piensa en lo mucho que discuten y lo harto que se encuentra hasta de su presencia. Ya de verla siente desagrado. Tanto que pelea esta mujer, piensa para sí. A pesar de los viajes, los vehículos nuevos y las casas nuevas, su matrimonio no marcha bien. Ella sospecha de él y sabe que podría descubrir su relación con Mary.
…y piensa: “¿pero será posible que nunca me sienta en paz? No sé que más hacer. Qué desgracia. Me estoy volviendo loco. Me estoy desesperando. Quiero sentirme tranquilo y ya me he llenado de estrés otra vez. No duermo bien desde hace tanto, me he vuelto un animal con mis hijos, no soporto a esa mujer del diablo que me tiene cansado, este trabajo me hastía y la mayoría de los que están aquí. Hasta el evangélico este que viene para acá ahora. Déjame ver qué quiere y salir de el rápido.”
-¡Qué bueno tenerte de vuelta! Estuve pensando en ti hace unos días y hay algo que quiero compartir contigo.
Le sonríe con sarcasmo, gira los ojos hacia arriba y le pregunta qué es lo que quiere compartir.
-Es un verso de la Biblia que por alguna razón me llegó cuando pensaba en ti. Está en Juan 16:33i:“Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo.”
Juan Carlos Compres
No hay comentarios:
Publicar un comentario